Vistas de página en total

sábado, 5 de marzo de 2011

El semen del Presidente



Every president, every president we haver ever had has always had lovers because the pressure of the job is too much. Too much.

(Monica Lewinsky en una conversación telefónica con su amiga Linda Tripp).

El día que Monica Lewinsky salió del Despacho Oval con una mancha de semen en su entallado vestido azul la intimidad del presidente quedó definitivamente a luz. Probablemente nadie lo advirtió en ese momento, pero cuando la joven secretaria descubrió la marca seminal en el vestido decidió contárselo a su íntima amiga Linda Tripp, con quien había compartido por teléfono otras confidencias a cerca de su relación con Bill Clinton.

El affaire entre el Presidente y la secretaria se había extendido durante dos largos años. Los encuentros sexuales, la mayoría de las veces felaciones en los baños del Despacho Oval, habían pasado desapercibidos para el resto de los trabajadores de la administración Clinton. Tiempo después, Monica Lewinsky reconocería haberle practicado hasta 9 felaciones durante alguna de las cuales el Presidente había mantenido conversaciones telefónicas con varios congresistas. También reconoció que Clinton no llegó a aprenderse su nombre hasta su tercera “visita”.

Lewinsky sería apartada de sus labores como asesora en la Casa Blanca cuando estallaron las primeras noticias sobre una posible aventura del Presidente. Clinton le prometió devolverla al cargo cuando pasaran las elecciones de 1996, en las que se jugaba la reelección.

Pero Lewinsky nunca fue restituida en sus labores en el Despacho Oval. Los rumores eran cada vez más insistentes, alimentados por la viciosa prensa del país. Tras las reiteradas preguntas de los periodistas, uno y otro habían negado cualquier tipo de relación más allá de la estrictamente profesional. Nunca habían mantenido relaciones sexuales. Es más, ni siquiera recordaban haber estado a solas en la oficina del Presidente.


Clinton tuvo que volver a desmentirlo, esta vez ante el Congreso de los EEUU, que investigaba las acusaciones de abusos sexuales de otra joven (una tal Paula Jones). Pero la sociedad norteamericana había iniciado ya un juicio paralelo. En aquel triangulo amoroso sobraba gente. En un ángulo un hombre canoso de 49 años, el presidente de los Estados Unidos. En el vértice, una joven secretaria de a penas 22 años. Y en la otra esquina toda la sociedad norteamericana y la esposa, la despechada, oculta entre la multitud.

Pero no tardaría en tener lugar otro juicio, mucho más mediático, cuando la rotundidad de las pruebas no pudo sino confirmar que aquellas relaciones sexuales entre el Presidente y su secretaria sí habían tenido lugar. De manera que Bill Clinton había mentido bajo juramento ante el Alto Tribunal. Pero no solo eso, también había obligado a Lewinsky a mentir.

¿Y cuales eran aquellas pruebas? Linda Tripp presentó un puñado de grabaciones con las conversaciones telefónicas que había mantenido con su amiga y también dio indicaciones a cerca de una prenda azul en la que podrían hallarse restos del semen del presidente.

Los hechos alcanzaron las dimensiones de una cuestión de Estado. Bill Clinton fue sometido a un impeachment, un juicio en el que se jugaba la permanencia en la Casa Blanca. Tendría que responder a cerca de las acusaciones de perjurio, abuso de poder y obstrucción a la justicia.

En su comparecencia como testigo, Monica Lewinsky confirmó sus relaciones sexuales con Bill Clinton. En ocasiones era el Presidente quien la convocaba sin más intención que la de practicar sexo, y otras veces era ella misma quien se presentaba en su apartamento privado. No todo había sido sexo (oral), arguyó en su defensa.

Clinton fue finalmente absuelto gracias al apoyo de todos los demócratas del jurado y de algún republicano desorientado, pero a la salida del juicio no tuvo más remedio que reconocer ante las cámaras que, en efecto, había mantenido “relaciones inapropiadas” con aquella joven.




9 comentarios:

  1. Ya conocía la historia, pero ni siquiera me había imaginado que Clinton hubiese mentido bajo juramento. Aunque supongo que esta entrada genera un nuevo debate: ¿Se juzgó a Clinton como hombre o como presidente? Decididamente como presidente, se supone que debe ser un ejemplo para el país, un modelo de conducta, un espejo en el que reflejar al más noble de los hombres... Mentiras y más mentiras, eso nos pasa por querer engrandecer a un simple hombre y hacer creer a todos los norteamericanos (y de paso al mundo) que su presi es el más "guay" y el que pilota la nave, no solo por ser americano y blanco (Obama, no te enfades) sino porque los medios y las urnas dicen que es el elegido, el bueno. Claro, que no especificaron en qué cosas era el mejor...

    ResponderEliminar
  2. muy buen articulo.Bien informado y mejor redactado, enhorabuena!consigues que tenga mas ganas de leer sobre el asunto!

    ResponderEliminar
  3. Coincido con mis compañeros, pero, ¿no se os ocurrió un título menos... gráfico? Tampoco yo sabía que Clinton hubiese mentido bajo juramento... Sabiendo cómo son los yanquis, me sorprende que saliera prácticamente ileso del altercado.

    Lo más gracioso de todo es que, con escándalos o sin ellos, los presidentes norteamericanos están a años luz de los españoles... Qué queréis que os diga, casi que prefiero un Clinton o un Reagan, aunque luego haya que destituirles.

    ResponderEliminar
  4. Pobrecilla, Hillary. La erótica del poder, que llaman.

    De cualquier modo, creo que es necesario resaltar esa manida afirmación sobre la sociedad americana y su doble moral: a un político estadounidense se le consienten muchas cosas, pero no un escándalo sexual. Aquí, afortunadamente, esos trapos sucios se quedan bien guardados.

    ResponderEliminar
  5. En este caso se demostró la hipocresía de la sociedad americana... Es cierto que el suceso es inadmisible para una persona pública, y más para un presidente de gobierno de un país, y más como Estados Unidos, la primera potencia mundial, pero sin embargo a pesar de que la polémica ya se había iniciado y había numerosos rumores, Clinton volvió a ser reelegido en las elecciones e incluso, como bien has puesto en el artículo, fue absuelto del juicio...
    Pero me ha surgido una duda... ¿por qué en el juicio se le acusó de perjurio, abuso de poder y obstrucción a la justicia?
    Muy buen el artículo Álvaro. Genial!

    ResponderEliminar
  6. Jorge, le procesaron por esos tres cargos porque a) mintió ante el tribunal, b) se aprovechó de su condición de presidente para prometer el ascenso de Lewinsky y c) obligó a mentir a esta en el juicio.

    ResponderEliminar
  7. Ay, ay Linda Tripp... gracias a ella nos hacemos una idea de lo que los presidentes norteamericanos esconden bajo la mesa... no he podido evitar reírme cuando he leído que se defendió diciendo que no todo era sexo oral... Creo que a todos nos ha dejado más tranquilos...

    ResponderEliminar
  8. Supongo que todos esconden mierda bajo la manta. Aunque este se llegó a saber y cómo, el morbo nos capta un poco más si cabe...
    Como ya se ha dicho, salió ileso pese a haber mentido bajo juramento... el que es presi.. es presi!

    Felicidades por el artículo:)

    ResponderEliminar
  9. Toda la historia me pareció de lo más ridícula... Al final ha salido ganando Hillary.

    ResponderEliminar